Internacional
China se defiende de ataques del gobierno estadounidense
Desde su mandato a partir de enero de 2025, el presidente de Estados Unidos, Trump, reactivó la guerra arancelaria con China como parte de su política económica "America First". Esta estrategia buscó reducir el déficit comercial con el gigante asiático y promover la producción nacional mediante la imposición de aranceles elevados a productos chinos, especialmente en sectores como tecnología, acero, maquinaria y bienes de consumo.
Por Julieta Pinzón
Junio 2025
En respuesta, China implementó medidas arancelarias equivalentes y presentó quejas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), argumentando que las acciones de Washington violaban las normas del comercio internacional y podrían desencadenar una recesión global . Además, Pekín tomó represalias contra empresas estadounidenses, como Google y Apple, en un intento por presionar a la administración Trump .
A pesar de las tensiones, ambos países iniciaron negociaciones en Ginebra en mayo de 2025, donde se discutió la posibilidad de reducir los aranceles. Trump propuso disminuir los aranceles del 145% al 80% para las importaciones chinas, mientras que China expresó su disposición a abrir su mercado a productos estadounidenses. Estas conversaciones fueron calificadas por Trump como un "reinicio total" de las relaciones comerciales entre ambas naciones Sin embargo, expertos señalaron que estas reducciones eran principalmente simbólicas y que los aranceles continuaban teniendo un impacto significativo en el comercio bilateral. La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, describió las discusiones como "un paso positivo y constructivo hacia la reducción de la escalada", aunque advirtió sobre las posibles consecuencias de un "desacoplamiento" entre ambas economías. En este contexto, la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China durante el segundo mandato de Trump ha generado incertidumbre en los mercados internacionales y ha afectado a diversas industrias.
En su primer día al frente de la presidencia, Trump oficializó la salida de Estados Unidos de la OMS mediante decreto. Acción que forma parte de su estrategia para reformular los vínculos del país con entidades internacionales. Su salida impacta directamente el financiamiento de la OMS, ya que esta nación representa uno de sus mayores aportantes. En 2020, sus contribuciones alcanzaron cerca del 15% del presupuesto general. La desvinculación podría limitar los fondos disponibles para iniciativas sanitarias a nivel global. Trump criticó el papel del organismo durante la pandemia y acusó parcialidad. “La organización favoreció a China en sus decisiones”, sostuvo. También afirmó que la OMS “ignoró alertas iniciales sobre el brote y permitió que se propagara información inexacta” en los primeros meses de la crisis.
El pasado martes 20 de mayo, el gobierno chino de Xi Jinping anunció un aporte adicional de US$500 millones para los próximos 5 años a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que atraviesa una grave crisis financiera debido a la salida de la agencia de Estados Unidos, nación que hasta el momento ha sido su principal contribuyente. El secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., acusó a la OMS de "ceder ante la presión política de China".
China anunció la decisión en la asamblea anual de la OMS en Ginebra, y expresó que su nación apoyará a esta agencia para que “pueda ejercer su mandato de forma independiente, profesional y regida por principios científicos”. Durante el periodo 2024-2025, la contribución de EE. UU., según datos de la OMS, superó los 700 millones de dólares, mientras que la de China rondó los 200 millones de dólares.
China destacó que “la política multilateral es el camino para afrontar las dificultades y los retos del mundo”. En su intervención, celebró la reciente aprobación, por parte de los miembros de la OMS, del tratado sobre preparación ante futuras pandemias y defendió el papel de China durante la emergencia sanitaria. “China fue responsable y constructiva, también en lo relacionado con la Covid-19”, sostuvo. El viceprimer ministro añadió que, con el tiempo, se ha demostrado que no tenía fundamento criticar ni a su país ni a la OMS. El secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., también participó en la asamblea a pesar de la retirada oficial de su país de la OMS. En un mensaje grabado, acusó a la agencia de actuar bajo intereses ajenos: “La OMS no solo ha cedido ante la presión política de China, sino que también ha fracasado a la hora de mantener una organización transparente y con una gestión justa”, expresó.
Por otro lado, China responde a las políticas de Trump y refuerza su influencia en América Latina. China anunció un conjunto de medidas orientadas a fortalecer su relación con América Latina, entre las que se incluye una línea de crédito de US$9.100 millones y la supresión de visado para ciudadanos de varios países de la región. Durante la cumbre de la CELAC del 3 de mayo en Beijing, Xi Jinping reafirmó el compromiso de su país con el desarrollo regional. El anuncio abarca inversiones en infraestructura y cooperación comercial. Desde el 1 de junio, turistas de Brasil, Argentina, Chile, Perú y Uruguay podrán ingresar a China sin visa y permanecer hasta 30 días. Además, Beijing invitará a 300 líderes políticos de América Latina y el Caribe cada año por tres años. Según Lin Jian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, esta etapa marcará una “década dorada” en las relaciones bilaterales.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva expresó su respaldo a estas iniciativas durante su intervención en la CELAC, al abogar por un comercio justo y sustentado en las normas de la Organización Mundial del Comercio.
El artículo también recoge declaraciones de Ryan Berg, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington, quien señaló su preocupación por el impacto geopolítico de estas acciones, considerando que podrían representar un cambio en la percepción regional sobre los modelos de gobernanza. Aunque China ha reducido el ritmo de crecimiento de su economía, el nuevo paquete financiero supera la mitad de lo ofrecido por el país asiático en la cumbre de la CELAC de 2015. Según el análisis de Oppenheimer, este nuevo impulso económico fortalece la imagen de China como un socio confiable para la región.