Reflexión
La venganza: un sentimiento auto-destructivo
La posibilidad de hacerle pagar a alguien por el daño que causó en el pasado seduce a mucha gente. En la antigüedad, el sentimiento de venganza era usado para impartir justicia y dar castigos ejemplares. Era una manera de hacer un “equilibrio de emociones” entre agresor y damnificado. En la sociedad mediterránea fue muy frecuente que familias poderosas llevaran a cabo este tipo de prácticas para resolver un conflicto familiar o económico. La venganza nace del dolor. Es una reacción natural cuando alguien nos hiere, traiciona o daña. Sentimos que hacerle pagar a esa persona nos dará paz o justicia.

Por Julieta Pinzón
Junio 2025
La venganza es el acto de responder a un daño recibido con la intención de causar un sufrimiento similar o mayor al agresor. Nace del deseo de justicia personal, pero suele estar impulsada por el enojo, el orgullo y el dolor. Aunque puede dar una sensación momentánea de alivio o poder, en general perpetúa el conflicto, alimenta el rencor y daña tanto al que la ejecuta como al que la recibe. Sin embargo, la venganza es una cadena que no rompe el ciclo del sufrimiento, sino que lo perpetúa. Cuando devolvemos mal por mal, nos convertimos en lo mismo que criticamos. Y aunque al principio parezca que hemos ganado, a largo plazo la venganza vacía el alma, porque no repara, no redime y no sana.
Perdonar no significa justificar la ofensa, sino liberarnos del peso del odio. Quien perdona, elige la paz sobre el orgullo, el futuro sobre el pasado, y la libertad sobre la cárcel del rencor.
Esa es una pregunta muy profunda y humana. Todos, en algún momento, hemos sentido ese deseo de desquitarnos. Pero hay razones muy poderosas, espirituales, emocionales y prácticas. por las que una persona no debe tomar venganza, y también formas sanas de manejar ese sentimiento.
Aquí va una respuesta clara y reflexiva: ¿Por qué no debes tomar venganza?
La venganza no cura el dolor, lo envenena. Puede parecer que hará justicia, pero en realidad alimenta el odio. Cuando actúas desde la rabia, te arrastras al nivel de quien te hirió. No sanas; solo te contaminas más. Te roba la paz interior Vivir pensando en cómo dañar al otro es cargar un peso constante. No te permite avanzar ni encontrar tranquilidad.
Rompe tu crecimiento espiritual y emocional. Tomar venganza detiene tu evolución. Es actuar desde la oscuridad, no desde la luz que Dios quiere que vivamos.
Le pertenece a Dios, no a ti. Como dice la Biblia en Romanos 12:19: "Mía es la venganza; yo pagaré, dice el Señor." Si realmente confías en Dios, debes dejar que Él haga justicia a su manera y en su tiempo. La Biblia o palabra de Dios, nos llama a perdonar, a dejar la justicia en manos de Dios y a actuar con amor, incluso ante el mal. No es debilidad, sino fortaleza espiritual: confiar en que el bien, al final, siempre prevalecerá. La Biblia es clara en cuanto al papel de la venganza: no nos corresponde a nosotros tomarla. Algunos pasajes relevantes son: Romanos 12:19 (NVI): "No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: 'Mía es la venganza; yo pagaré', dice el Señor." Proverbios 20:22: "No digas: 'Yo me vengaré del mal'; espera al Señor, y él te salvará." Mateo 5:38-39 (Palabras de Jesús): "Ustedes han oído que se dijo: 'Ojo por ojo y diente por diente.' Pero yo les digo: No resistan al que les haga daño. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra." 1 Tesalonicenses 5:15: "Asegúrense de que nadie pague mal por mal, más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, tanto entre ustedes como con todos."
La venganza no cura el dolor, lo envenena. Puede parecer que hará justicia, pero en realidad alimenta el odio. Cuando actúas desde la rabia, te arrastras al nivel de quien te hirió. No sanas; solo te contaminas más. Te roba la paz interior Vivir pensando en cómo dañar al otro es cargar un peso constante. No te permite avanzar ni encontrar tranquilidad.
Rompe tu crecimiento espiritual y emocional. Tomar venganza detiene tu evolución. Es actuar desde la oscuridad, no desde la luz que Dios quiere que vivamos.
Le pertenece a Dios, no a ti. Como dice la Biblia en Romanos 12:19: "Mía es la venganza; yo pagaré, dice el Señor." Si realmente confías en Dios, debes dejar que Él haga justicia a su manera y en su tiempo. La Biblia o palabra de Dios, nos llama a perdonar, a dejar la justicia en manos de Dios y a actuar con amor, incluso ante el mal. No es debilidad, sino fortaleza espiritual: confiar en que el bien, al final, siempre prevalecerá. La Biblia es clara en cuanto al papel de la venganza: no nos corresponde a nosotros tomarla. Algunos pasajes relevantes son: Romanos 12:19 (NVI): "No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: 'Mía es la venganza; yo pagaré', dice el Señor." Proverbios 20:22: "No digas: 'Yo me vengaré del mal'; espera al Señor, y él te salvará." Mateo 5:38-39 (Palabras de Jesús): "Ustedes han oído que se dijo: 'Ojo por ojo y diente por diente.' Pero yo les digo: No resistan al que les haga daño. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra." 1 Tesalonicenses 5:15: "Asegúrense de que nadie pague mal por mal, más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, tanto entre ustedes como con todos."
¿Cómo enfrentar el deseo de venganza?
Reconoce y acepta lo que sientes. No lo niegues. Admitir que estás herido o enojado no te hace débil. Es el primer paso para sanar.
Ora y entrega ese sentimiento a Dios. Háblale con sinceridad. Dile cómo te sientes y pídele que te ayude a soltar ese dolor. La oración calma y transforma el corazón.
Busca apoyo emocional. Habla con alguien de confianza, un amigo maduro, un líder espiritual o terapeuta. El dolor compartido se aligera.
Elige el perdón, aunque cueste. Perdonar no es decir "todo está bien", sino liberarte del peso de la rabia. El perdón es más para ti que para el otro. Cambia la energía: actúa con amor. Haz el bien. Ayuda a otros. Usa tu experiencia para crecer y ayudar a quienes también han sido heridos. Transforma tu dolor en propósito. No puedes controlar lo que otros hacen, pero sí puedes controlar cómo respondes. Al elegir el perdón sobre la venganza, no estás perdiendo... estás ganando libertad, paz y poder interior.
Reconoce y acepta lo que sientes. No lo niegues. Admitir que estás herido o enojado no te hace débil. Es el primer paso para sanar.
Ora y entrega ese sentimiento a Dios. Háblale con sinceridad. Dile cómo te sientes y pídele que te ayude a soltar ese dolor. La oración calma y transforma el corazón.
Busca apoyo emocional. Habla con alguien de confianza, un amigo maduro, un líder espiritual o terapeuta. El dolor compartido se aligera.
Elige el perdón, aunque cueste. Perdonar no es decir "todo está bien", sino liberarte del peso de la rabia. El perdón es más para ti que para el otro. Cambia la energía: actúa con amor. Haz el bien. Ayuda a otros. Usa tu experiencia para crecer y ayudar a quienes también han sido heridos. Transforma tu dolor en propósito. No puedes controlar lo que otros hacen, pero sí puedes controlar cómo respondes. Al elegir el perdón sobre la venganza, no estás perdiendo... estás ganando libertad, paz y poder interior.
Estas frases pueden ayudarte a encontrar el lado reflexivo, analítico y hasta cómico en situaciones difíciles y recordarte mantener siempre el buen humor frente a los desafíos.
"Ojo por ojo y el mundo acabará ciego."– Mahatma Gandhi
"La venganza es un plato que se sirve frío."– Proverbio popular (de origen incierto, pero muy usado en literatura y cine)
"Antes de embarcarte en un viaje de venganza, cava dos tumbas."– Confucio
"El perdón es la mejor venganza."– Isaac Friedmann
"No hay peor venganza que el olvido."– Jorge Luis Borges
"Perdonar es liberar a un prisionero y descubrir que el prisionero eras tú."– Lewis B. Smedes
"La venganza eterniza los odios."– Friedrich Schiller
“El silencio puede ser el grito más fuerte cuando buscas venganza.” –Anónimo
.“Hacer enfadar a quienes intentaron lastimarte puede ser la mayor satisfacción” –Anónimo
“Sigue haciendo cosas buenas; así podrás ver cómo otros fracasan”. –Anónimo
“La paz interior viene cuando decides dejar ir todo menos tus risas”. –Anónimo
“La paz interior viene cuando decides dejar ir todo menos tus risas”. –Anónimo
“Un poco de distancia entre tú y los problemas hace maravillas para el alma”. –Anónimo
“Deja caer tus problemas como si fueran globos helio; vuela alto con alegría”. –Anónimo
“Deja caer tus problemas como si fueran globos helio; vuela alto con alegría”. –Anónimo