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Los síntomas pueden variar según la persona y la gravedad del caso, pero los más comunes incluyen: Dolor o ardor en la parte superior del abdomen. Náuseas o vómitos. Sensación de llenura después de comer poco. Pérdida de apetito. Eructos frecuentes. Indigestión. Heces oscuras (si hay sangrado)

Causas comunes: Infección por Helicobacter pylori (una bacteria común). Uso prolongado de antiinflamatorios no esteroides (AINEs) como ibuprofeno o aspirina. Consumo excesivo de alcohol. Estrés intenso. Reflujo biliar. Trastornos autoinmunes.

Tratamiento y cura. El tratamiento depende de la causa subyacente. En muchos casos, la gastritis se puede curar o controlar con éxito. Las opciones incluyen:
1. Cambios en el estilo de vida. Evitar alcohol, café y alimentos irritantes (picantes, muy ácidos o grasos). Comer comidas más pequeñas y frecuentes. No acostarse justo después de comer
2. Medicamentos. Antiácidos: para neutralizar el ácido estomacal. Inhibidores de la bomba de protones (IBP): como omeprazol, para reducir la producción de ácido. Bloqueadores H2: como ranitidina (aunque algunos han sido retirados del mercado). Antibióticos si hay infección por H. pylori 3. Tratamiento de causas subyacentes. Suspender o cambiar medicamentos que estén dañando el estómago. Tratar enfermedades autoinmunes o del hígado si están implicadas

En muchos casos se puede prevenir. Algunas recomendaciones son: Evitar el uso prolongado de AINEs sin protección gástrica. Reducir el estrés. Evitar el tabaco y el alcohol. Tener una dieta saludable. Lavarse las manos y consumir agua y alimentos seguros para evitar infecciones

Si sospechas que tienes gastritis, es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. 

Alimentos permitidos (buenos para el estómago):
1. Cereales y harinas. Pan blanco o integral (sin semillas). Arroz blanco o integral cocido. Pasta simple (sin salsas pesadas). Galletas de agua o sin grasa
2. Lácteos (con moderación). Leche deslactosada o descremada. Yogur natural sin azúcar. Queso fresco bajo en grasa
3. Carnes y proteínas. Pollo sin piel, pavo o pescado al horno o hervido. Huevos cocidos (mejor hervidos o en omelette sin grasa). Tofu o legumbres suaves bien cocidas (como lentejas)
4. Verduras (cocidas o al vapor). Zanahoria, calabacín, papa, camote. Acelga, espinaca cocida. Calabaza, brócoli bien cocido
5. Frutas (maduras y sin cáscara). Manzana cocida o rallada. Plátano maduro. Pera, durazno o papaya 6. Bebidas. Agua (en pequeñas cantidades durante el día). Infusiones suaves (como manzanilla, tilo o jengibre en poca cantidad). Suero oral si hay vómitos o deshidratación

Alimentos a evitar (irritantes o que empeoran los síntomas): Café (con o sin cafeína). Alcohol. Té negro o verde fuerte. Comidas picantes o muy condimentadas (ají, pimienta, curry). Tomate y sus derivados (salsas, jugo). Cítricos y jugos ácidos (naranja, limón, piña). Frituras, alimentos muy grasos o procesados. Chocolate. Pan con semillas o integrales muy gruesos. Refrescos y bebidas con gas

Consejos de hábitos alimenticios. Comer 5 o 6 comidas pequeñas al día (evitar ayunos largos). Masticar bien los alimentos. No comer justo antes de acostarse. Evitar el estrés durante las comidas. Beber líquidos entre comidas, no con las comidas

Finalmente hay varios adaptógenos que pueden ayudar a mejorar los síntomas de la gastritis, especialmente cuando el estrés es un factor desencadenante. Los adaptógenos son plantas o compuestos naturales que ayudan al cuerpo a manejar el estrés físico, emocional y ambiental, lo cual puede ser muy útil en casos de gastritis crónica relacionada con estrés. Estos son los adaptógenos que podrían ser útiles para la gastritis

1. Regaliz Deglicirrizinado (DGL). Muy recomendado para gastritis. Ayuda a reparar la mucosa gástrica y reducir la inflamación. A diferencia del regaliz común, el DGL no tiene glicirricina (que puede causar hipertensión), por lo tanto, es más seguro para uso prolongado. Modo de uso común: Tomar 20–30 minutos antes de las comidas en forma de pastillas masticables o polvo.

2. Rhodiola rosea. Potente adaptógeno que ayuda a reducir el estrés, una causa frecuente de gastritis. Mejora el estado e ánimo y reduce la fatiga sin estimular en exceso el sistema nervioso. Advertencia: No tomar en la noche, puede interferir con el sueño en personas sensibles.

3. Ashwagandha(Withania somnifera). Adaptógeno ampliamente usado en medicina ayurvédica. Ayuda a reducir la ansiedad y el cortisol, que pueden contribuir a la gastritis. Tiene efectos antiinflamatorios leves. Cuidado: Algunas personas con estómagos muy sensibles pueden no tolerarla bien al principio. Se recomienda iniciar con dosis bajas.

4. Aloe vera (en forma de jugo). No es un adaptógeno en sentido estricto, pero es muy beneficioso para la mucosa gástrica Tiene propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes y ayuda a equilibrar el pH estomacal. Usar solo jugo puro de aloe vera destinado al consumo interno (sin aloína, que puede ser irritante o laxante).

Aunque los adaptógenos son naturales, no todos son adecuados para todas las personas. Consulta con un médico o fitoterapeuta antes de iniciar cualquier tratamiento herbal, especialmente si estás tomando medicamentos o tienes condiciones médicas previas. Algunos adaptógenos pueden interactuar con medicamentos para el estómago, la presión arterial o los ansiolíticos.